Carne

    Sí amigos, así es como los yankees llaman a esta receta, beer butt chicken, y no es una inocentada :)

No sólo no tiene ninguna dificultad hacerlo sino que además mancha bien poco, ¡y eso nos encanta a todos!

 

    Receta sencilla a más no poder, saludable y que no mancha nada, y cuando digo nada me refiero a nada. El pollo se hará en su propio jugo sin perder absolutamente nada de sabor y no usaremos grasas de ningún tipo. Es conveniente que la pechuga sea pequeña, si son muy gruesas cortadlas por la mitad a lo largo para que no queden crudas en el centro. Esta receta la podría hacer hasta un mono :)  

    En casa no comemos mucho cerdo, se me antojó el último día que fui al mercado pero quería hacer algo distinto a lo que acostumbramos a comer. Esto es lo que salió y lo que volverá a salir más veces, porque ha sido todo un éxito.  

   

¡Viene gente a comer a casa sin avisar y yo con estos pelos! Bueno, sin nada preparado para comer :)

Sin apenas trabajo tendréis un plato muy sabroso con el que podréis alimentar a un ejército. Prefiero usar el rabillo al redondo, a pesar de que el redondo es más vistoso, porque ésta piezas es más sabrosa.

 

 

Llega el frío y con él las ganas de comer platos contundentes que combatan estas temperaturas. Éste lo es.

 

 

Otro de esos días en los que no me apetece cocinar, ni fregar después de las que lío en la cocina, pero sí quiero comer bien. El horno, una vez más, es la solución a mis problemas y una pierna de cordero la responsable de esta comida maravillosa.

Uno de los sospechosos habituales me manda un día un enlace a un blog de cocina con esta receta de albóndigas al curry. La palabra 'curry' hace que algo se ponga en marcha en mi interior, tanta combinación de sabores distintos me vuelve loco, y hoy ha sido el día en que ha tocado hacerlas.

Es un plato con fuertes contrastes. En mi caso he usado un curry ligeramente picante que contrastaba con el dulzor de la manzana, cebolla y zanahoria. Además, en un bocado se aprecian texturas blandas, como la manzana, y crujiente, del apio. Encima lo he acompañado con un arroz con 'costra' típico de Irán, un plato de arroz basmati sueltecito salvo por esa costra crujiente exterior. Os podéis imaginar qué cantidad de sensaciones distintas vais a tener en la boca.

  No supe de la existencia de este plato hasta mediados del año pasado cuando uno de los sospechosos habituales me dice que lo acaba de descubrir y quiere ir a Asturias a comerse uno. La idea era muy atractiva, pero para qué esperar a cuadrar fechas si podíamos comerlo en Madrid, seguro que en algún sitio lo encontraríamos. Y lo encontramos, o más bien los encontramos en plural. Empezamos nuestra particular 'ruta del cachopo en Madrid' recorriéndonos todos los restaurantes de los que teníamos constancia de que lo hiciesen alternándolo con algún viaje a Asturias.

 

Es viernes por la noche, tarde, y nos preguntamos qué hacer para comer al día siguiente. No estamos muy imaginativos y vemos que en el congelador tenemos un codillo salmuerizado.

 

Perfecto, una de estas recetas que no tienen nada de trabajo ni complicación, y nos encanta.