Olla de cocción lenta (slow cooker)

14 Abr Olla de cocción lenta (slow cooker)

¿¡Por qué no he descubierto estas ollas antes!? Hace poco menos de un mes compré una y, desde el primer momento, me enamoré perdidamente de ella. Es imposible transmitir cómo queda lo que cocinas en un aparato de estos, ¡tienes que probarlo!

Vamos a empezar con un poco de historia, poca, no quiero aburrir a nadie ;) Estas ollas las inventa una empresa norteamericana para cocinar legumbres allá por los años ’70 y evolucionaron en poco tiempo para cocinar, muy lentamente, cualquier cosa que eches en su interior. La idea era poner la olla en funcionamiento al salir de casa por la mañana al ir a trabajar y encontrarte la cena lista cuando regresases a casa por la tarde.

Nadie nos tiene que contar a nosotros, un país con innumerables guisos cocinados a fuego lento, los beneficios de cocinar algo durante horas y horas. Pero algo cambió en nuestra forma de cocinar, la olla a presión dividió el tiempo necesario entre 4 ó 5 y esos guisos, en vez de en 4 horas, empezamos a hacerlos en 1 hora o 45 minutos. Hoy, con las nuevas ollas a presión, reducimos esos tiempos de nuevo a la mitad.

¿Cómo es?

El aparato en cuestión sencillo: una base que calienta una olla cerámica y dos mandos, uno para seleccionar la velocidad de cocinado (lento, rápido y función de calentado) y otro para seleccionar el tiempo de cocinado. A la hora de elegir el tamaño también lo tenía claro, ¡enorme! Se tarda lo mismo en hacer un guiso para 2 que para 4 ó 6 personas, así que por qué perder el tiempo con uno pequeño pudiendo hacer más raciones y comerlas otro día.

¿Qué es lo que me ha hecho ver las cosas de otra forma? ¿Volver a pensar en cocinar durante un montón de horas algo en vez de querer hacerlo en unos pocos minutos? 2 son los motivos:

• Permite desentenderte totalmente de lo que estás cocinando: programas el tiempo y te olvidas, se apaga sola. Y si tu modelo mantiene caliente la comida después de cocinada y llegas un poco más tarde a casa da igual, no tendrás ni que calentar la comida. No puedes hacer lo mismo en la cocina convencional, tienes que estar pendiente para apagarla, ¡y a mí me preocuparía bastante dejar encendida una cocina durante 10, 15 ó 20 horas!
• Si guisando algo durante 4 horas las cosas se deshacen en la boca, cocinándolo durante 10 horas no necesitaréis dientes para masticar la comida. Imaginad que intensidad de sabores después de tantas horas cociéndose a fuego lentísimo.

Consumo eléctrico

Es inevitable que te asalte esta duda, al menos a mí es de las primeras cosas que me vino a la cabeza en cuanto empecé a ver los tiempos de algunas recetas: ¿¡cuánto consume el dichoso aparato si va a estar encendido tantas horas!? Poco, muy poco. El mío en concreto, y tengo entendido que los grandes son más potentes que los pequeños, consume 240W (0,24 kW). Si la compañía eléctrica nos cobra el kW/hora a unos 16 céntimos de €, la olla gasta 3,84 céntimos de €/hora. Hasta ahora, el guiso que más tiempo me ha llevado han sido 7 horas, lo que me ha supuesto un gasto de 26,88 céntimos de € de electricidad, ¡no está mal!

¿Cómo se cocina?

Simple: echa todo en la olla, programa el tiempo y vete. Espera, puedes complicar las cosas un poco: sella la carne que vayas a usar, echa todos los ingredientes a la olla y vete. ¡Es imposible no enamorarse de ella!

Otras de las dudas que me asaltaron nada más comprarla fueron cómo convertir mis recetas tradicionales para hacerlas aquí o si sería complicado encontrar otras en internet. La pregunta 1 se resolvió al descubrir que hay cientos de recetas por todas partes, sólo tienes que ver los tiempos estimados de guisos parecidos al que quieres hacer. Sí es cierto que necesitarás un pequeño tiempo de aprendizaje para ver cómo es tu olla porque no todas son igual de potentes. En mi caso, al primer rabo de toro di más tiempo del que hubiese necesitado, en las costillas lo clavé y el segundo rabo de toro también. Es como cuando cambias de olla express o de horno, no hay 2 iguales, tienes que conocer tus herramientas.

Hasta ahora sólo he hecho 2 cosas, 3 en realidad, costillas de cerdo y rabo de toro 2 veces. El día que la compré tenía muy claro que lo primero que iba a entrar ahí era un rabo de todo, no hace falta que diga por qué, ¿verdad? Madredelamorhermoso, ¡ni en sueños imaginé que pudiese quedar tan tierno y sin tener que hacer nada más que echarlo todo a la olla!

Lo segundo que entró a la olla, porque estaba de antojo y no hacía más que ver costillas de cerdo por todas partes, fueron unas costillas a la barbacoa. Éstas las sellé en el horno, otro electrodoméstico para tontos, y a la olla con la salsa. 5 horas después comía las costillas más deliciosas que he comido nunca. Pero como ya sabiá que llegado a este punto yo no era nada objetivo, decidí darle un costillar a una amiga a la que también le apasionan las costillas a la BBQ y no voy a transcribir sus mensajes porque hay niños que pueden estar leyendo esto ;)

Según escribo estas líneas ha terminado de cocinarse el segundo rabo de toro que ha entrado en esta olla, pero esta vez siguiendo una receta china con sabores completamente distintos a los nuestros y con ingredientes fáciles de encontrar aquí. Pienso subir la receta en unos días porque cualquiera de vosotros que queráis probar esta versión podéis hacerlo en olla normal, a presión o en una de éstas lentas si he conseguido picaros lo suficiente como para que penséis en comprar una. Aquí os dejo un anticipo (no está quemado, es el color que coge con la salsa en la que se ha cocinado).