13 Sep Restaurante Sabe a Gloria, Levante en Madrid
El restaurante Sabe a Gloria, en el Barrio de las Letras de Madrid, es un oasis del buen hacer en un barrio con una oferta dispar
Restaurante Sabe a Gloria, sabores de Levante en el corazón de Madrid
Habíamos oído hablar mucho del restaurante Sabe a Gloria, de su cocina sencilla y de los productos de excelente calidad que usan —honesta, como está tan de moda decir hoy día—, además de sus arroces. Estábamos La Mesa Habla y nosotros de andanzas por el Barrio de las Letras y era el momento perfecto para dejarse caer por allí, ¿¡a quién no le gusta un buen arroz!?
Los propietarios de Sabe a Gloria tienen raíces madrileñas y han regentado un restaurante en Valencia durante muchos años, cerrándolo hace poco para volver a Madrid y abrir esta taberna. De ahí su carta con platos de aquí y de allí, de tapeo y con arroces, con pescados fresquísimos. Una carta con productos de mercado y de temporada donde todas las elaboraciones las hacen ellos, aquí no hay cabida para precocinados ni para atajos, los guisos llevan muchas horas y todo se cocina al momento.
¡Demasiados reclamos como para no ir ya de una vez a Sabe a Gloria estando tan cerca y sin otros planes para comer!
El tapeo del restaurante Sabe a Gloria
Nos es demasiado complicado elegir entre tantas cosas buenas sobre el papel cuando vamos por primera vez a un restaurante, el «dadnos de comer, lo que queráis» generalmente nos va bien y en Sabe a Gloria no fue distinto. ¡Cómo comimos!
Nos sugieren hacer un picoteo, con platos de la carta y los fuera de carta que han elaborado para ese día, para terminar con uno de sus arroces y algo dulce. Nos dejamos en sus manos para todo, tapas, arroz, postre y bebida.
Unas anchoas como un antebrazo de grandes —puede que algo más pequeñas… ^^—, fritas a la perfección; sardinas ahumadas, ¡una de nuestras perdiciones!, sobre rodajas finas de tomate y calabacín crudo; un ajoarriero cremosísimo, con papada ibérica ni más ni menos; patatas bravas estilo Sergi Arola, para comerse un cubo; morcilla de Burgos, con confitura de tomate y pimientos de piquillo, una montaña rusa de contrastes; y unas croquetas de chistorra que eran aún más cremosas que el ajoarriero con una intensidad de sabor adictiva.
Nos adaptaron las raciones para poder probar más platos, ¡y qué festival de tapas sinfín! Cuando creías que ya habían acabado te venían con otra más diciendo «es que no podéis iros sin probar esto…«. ¡Quién dijo miedo!
Y aún quedaba el plato fuerte, ¡el ansiado arroz!
Sabe a Gloria y sus arroces en caldero
Los arroces en el restaurante Sabe a Gloria los hacen en caldero de hierro forjado, son cremosos y, sobre todo, ¡son muy sabrosos!
Esas raíces gastronómicas valencianas, en una casa en la que solo entra producto fresco y no existen los atajos, hace que los fondos de sus pescados se hagan como en Levante: con morralla, con galeras, con todo eso que cuesta tanto encontrar en Madrid. Me hubiese gustado probar una tacita de caldo porque la intensidad de sabor del arroz que comimos era increíble.
Como con el pica pica previo, también nos dejamos en sus manos, y el arroz que nos hacen es de chipirones, gambas y alcachofas. Sobra decir nada más, salvo que el punto del arroz fue perfecto.
Crema pasiega Crema pasiega Pudding
Los postres si los elegimos nosotros: un pudding del menú del día, porque hacía siglos que no comíamos uno, y una crema pasiega de la carta, porque nunca la habíamos comido antes. También hacía mucho que no disfrutamos un pudding como éste, postre sencillo y maltratado en tantos restaurantes que aquí bien podría estar en su carta. La crema pasiega es otra historia… un postre que solo lleva nata, yemas de huevo y azúcar y se hace al baño maría lentamente, lo que le da una textura y un sabor que… ¡que hará que este postre sea otro buen motivo para volver!
Y de beber en Sabe a Gloria, ¿qué?
La oferta de vinos por copa es extensa, sorprende la cantidad de vinos por copa de Madrid que tienen. Estando dónde estábamos, y siendo todos nosotros de dónde somos… un vino de Madrid nos pareció en más apropiado. Cuál en concreto fue cosa de ellos, el responsable de sala y sumiller —y copropietario— tiene varios premios en su haber. Además de Las Moradas de la foto, también nos pusieron un Finca Antigua Moscatel con los postres que, si no se llegan a llevar la botella, no la habríamos bebido entera.
Nos vamos de nuestra primera visita al restaurante Sabe a Gloria con ganas de más, y en octubre empiezan con el cocido madrileño, ¡no digo ná y lo digo tó!
elobradordedelia
Posted at 03:18h, 02 eneroTotalmente de acuerdo, he ido 2 veces y estoy deseando volver. Porque vivo en las afueras que si no, iría todos los días. Los arroces melosos son alucinantes.
Tragaldabas Profesionales
Posted at 21:03h, 07 eneroNosotros volvimos hace poco a por cocido, ¡¡nada mal!! Lo contaremos pronto por aquí ;)